Los países más deforestados

Por causas eminentemente humanas, en poco más de un cuarto de siglo la cobertura boscosa del planeta disminuyó de manera drástica, sobre todo en ciertas naciones, y lo malo es que la deforestación en la mayoria de estos paises sigue.

1 Togo. Con una superficie de 56,785 km², este país del África subsahariana perdió en cuestión de 25 años más del 75% de su cobertura boscosa, que se redujo de 6,850 a 1,682 km². En 2019, organizaciones civiles denunciaron el recrudecimiento de la deforestación por la tala inmoderada para extraer arena destinada a la industria de la construcción.

2 Nigeria. Vecino del anterior, este país tiene una superficie de 923,768 km², habiendo perdido en poco más de un cuarto de siglo casi 62% de su cobertura boscosa, que disminuyó de 172,340 a 65,834 km². Varios reportes dieron a conocer en 2019 que la deforestación ha puesto en peligro de extinción a especies tales como el león, el elefante y el chimpancé.

 

3 Uganda. Localizada al este de África central, esta nación ocupa una superficie de 241,038 km². En cuestión de más de cinco lustros perdió casi el 60% de su cobertura boscosa, que descendió de 47,510 a 19,418 km². En 2019 la ONU reconocía que los refugiados procedentes de Sudán del Sur y República  Democrática del Congo habían venido a incrementar la deforestación para satisfacer sus requerimientos tanto de vivienda como de combustible.

4 Honduras. Con una superficie de 112,090 km², durante poco más de 25 años este país perdió algo más del 45% de su cobertura boscosa, al reducirse de 81,360 a 44,720 km². El Instituto de Conservación Forestal reportaba en 2018 que a los factores de la deforestación, como la tala tanto lícita como ilegal, se sumaba una plaga del gorgojo descortezador por demás dañina.

5 Pakistán. Este país se ubica en Asia meridional. La superficie de su territorio es de 796,095 km², habiendo perdido en poco más de un cuarto de siglo arriba del 43% de su cobertura boscosa, que disminuyó de 25,270 a 14,290 km². A fin de revertir la deforestación, en 2019 el gobierno anunció el proyecto de utilizar drones para sembrar árboles hasta en los lugares más inaccesibles del territorio.

 

6 Corea del Norte. Ubicado al este de Asia, este país peninsular tiene una superficie de 120,538 km². En algo más de cinco lustros perdió arriba del 40% de su cobertura boscosa, que descendió de 82,010 a 49,720 km². En los esfuerzos para recuperar dicha cobertura, el gobierno norcoreano contaba con el apoyo de Corea del Sur, a decir de un acuerdo binacional firmado en 2018.

7 Zimbabue. Con una superficie de 390,757 km², este territorio perdió en poco más de 25 años casi el 38% de su cobertura boscosa, que se redujo de 221,640 a 137,496 km². Según se reportó en 2019, la Comisión Forestal había implementado un programa para lograr un equilibrio entre la deforestación y la reforestación involucrando a las comunidades rurales.

8 Timor Oriental. Esta nación insular de la región indonesia, en el sureste asiático, ocupa una superficie de 14,874 km². En poco más de un cuarto de siglo perdió poco más del 30% de su cobertura boscosa, que disminuyó de 9,660 a 6,748 km² debido al uso generalizado de la roza y quema con fines agrícolas, y a la erosión del suelo. Tras lograr independizarse en 2002, comunidades rurales de este país han revivido las leyes tradicionales que prohíben y castigan con multa la tala incluso de un solo árbol.

9 Malí. Este país africano ocupa 1,240,192 km² de superficie. En cinco lustros perdió más del 30% de su cobertura, que bajó de 66,900 a 46,360 km². Aquí la deforestación ha afectado mucho a los campos de cultivo, pues los árboles constituyen una barrera contra los fuertes vientos del desierto y evitan con su sombra que los intensos rayos solares evaporen el agua de lluvia.

 

10 Paraguay. Con 406,752 km² de superficie, este país se halla en la parte central de Sudamérica. En 25 años perdió casi el 30% de su cobertura boscosa, que se redujo de 211,570 a 149,976 km². En 2019 se anunció la puesta en marcha de la Plataforma digital de Monitoreo de Bosques, a fin de detectar vía satélite cualquier actividad ilícita que contribuyera a la deforestación del territorio restante.