El bisonte europeo, fue criado en zoológicos y centros de
reproducción. No obstante, cuando en mayo de 2014 los bisontes europeos fueron
reubicados en una zona cercada de los Cárpatos de Transilvania, en Rumania, la
mayoría se aclimató. Este junio, 14 estos bisontes fueron liberados, último paso de un esfuerzo
constante por reintroducir en Europa el Bison bonasus.
Los bisontes transitaron en Europa por primera vez hace
alrededor de 10 000 años. Para el siglo VIII d. C., la caza y la destrucción
del hábitat habían reducido su territorio relegándolos hacia el este. Después,
las cacerías reales y las matanzas durante la guerra redujeron las manadas restantes
hasta que el último bisonte sucumbió en 1927. La siguiente generación se crió
de solo 12 que sobrevivían en zoológicos. Europa del este inició las
reintroducciones durante la segunda mitad del siglo XX. Una vez liberados los
14 bisontes, la idea era traer más a la zona cercada. Rewilding Europe y WWF
coordinan el esfuerzo con los lugareños;
La mira está en el turismo. Las futuras liberaciones de
bisontes deben acercar su población en Rumania al menos a 300 individuos para
2025. A diferencia de su primo americano (Bison bison), el Bison bonasus no es
un icono cultural. “El mayor problema para la conservación del bisonte europeo
es que este animal es desconocido para
la mayor parte de la gente, como no es
conocido, no es querido. Y como no es querido, no hay suficiente apoyo para su conservación”.
Hoy día, aproximadamente dos tercios de los 5.000 bisontes Europeos
en el mundo (el mamífero más grande de Europa) deambulan en Europa del este.
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